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“Después del Evangelio, el Muy Buen Padre Dehon, tomando la palabra y visiblemente emocionado, se dirige a todos sus hijos, grandes y pequeños, con su voz más paternal. Él rememora en un bosquejo breve y emocionante la historia de la Institución, sus comienzos, su rápido nacimiento... Después vino la destrucción, que no dejó sino ruinas, en medio de las cuales estamos.
¡Pero estas ruinas se iluminan hoy con un rayo de esperanza! La presencia de los Antiguos, muchos a pesar de los lutos que la guerra ha sembrado en sus filas. Y todos los jóvenes, acercándose hoy con sus mayores...Este espíritu no será decepcionado.” ... |
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