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“El tiempo está tranquilo, la caña mece a lo largo del río. Los paseos son extasiantes: miles de pájaros unen sus voces para cantar al Creador; los juncos balancean sus penachos de plata; los tamarisco de flores rojas exhalan un perfume de miel; el azul del cielo enmarca este cuadro que se refleja en las aguas imaginarias del espejismo. Elevo mi pensamiento a Dios para alabarlo por tantas maravillas” (NHV III, 91, 1865). ... |
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