|
"Llegué a Roma el 25 de octubre de 1865 tocado por el motivo de mi viaje y el aspecto de esta ciudad, que evoca en nosotros todo la historia. Vi los monumentos principales, me reconocí a mi mismo y era feliz por volver" (NHV IV/122). De 1865 a 1871 León Dehon estudia en Roma, pero vuelve luego a ella; volverá una y otra vez a esta amada ciudad. Comenzando los noventa, Dehon pasa muchos meses de invierno no en Francia sino en Roma. Así escribe en 1896 al P. Falleur desde Roma: "Diga a mis amigos que no se preocupen respecto a mi futuro. Yo amo Roma y estoy feliz de vivir aquí. San Quintín es un exilio para mi y Roma es mi patria" (18.12.1896). Un simple cálculo subraya esta impresión. de 1888 a 1920 León Dehon viajó 27 veces a Roma, pasando, en total, ¡cerca de 70 meses (más de 5 años) con una media de más de dos meses! Si en los años 1865-1871 sus estudios lo llevaron a Roma, sus estancias en la Ciudad Eterna son una suerte de exilio querido, una consecuencia de las dificultades con la administración diocesana de Soisson y con sus propios cohermanos en San Quintín. "Pronto iré a pasar unos meses en Roma, estoy feliz por esto... Es como un cielo azul en un cielo nublado, un oasis en el desierto de estos tristes años" (NQT XII/1896, 10). Aparte la función de exilio, Roma es para el católico ultramontano Dehon el lugar natural de residencia, una especie de fuente para su espiritualidad y teología. Por otra parte, sus numerosas actividades le llevan a esta ciudad: sus esfuerzos por conseguir el reconocimiento de su congregación, su incursión en el Catolicismo Social y la Democracia Cristiana a través de conferencias y contactos de alto nivel, el desarrollo de la comunidad scj en Roma y otros contactos personales.
En cualquier momento León Dehon viaja a Roma, él es feliz y lo resume en palabras simples: "Espero vivir allí algunos meses de paraíso" (NQT XII/1897, 90). |
|
|
|